En definitiva el fenómeno del bullying es algo común en nuestras escuelas y que no diferencia de etnias , zonas urbanas o rurales, escuelas privadas o públicas, chicos y chicas, etc. Es responsabilidad de toda la comunidad educativa abordar este problema en su justo termino y sin minimizarlo un apéndice. Además corresponde a las Administraciones Publicas dotar de recursos económicos, formativos y personales a los centros educativos para que no se sientan desprotegidos y desorientados en su trabajo.
Y esto es así de importante porque la situación del maltrato destruye lenta, pero profundamente, la autoestima y la confianza en sí mismo del escolar agredido, que puede llegar a estados depresivos o de permanente ansiedad y que, como poco, le harán más difícil su adaptación social y su rendimiento académico y, como mucho, lograrán que llegue a situaciones verdaderamente extremas como al suicidio.
Se trata de una cuestión por los que el alumnado se tiene que sentir a salvo en el colegio, lejos de la la humillación intencionada repetida que implica el bullying.
martes, 8 de junio de 2010
miércoles, 2 de junio de 2010
Consejos Prácticos
Tomar conciencia: Lo primero es tomar conciencia de que si hay Internet en la casa, los niños estarán expuestos a todo tipo de material impropio. Pese a que se pueden poner filtros, el tema es cómo educarlos con libertad y responsabilidad para usar esta herramienta tecnológica.
Definir límites: Informarse, conversar con ellos y definir los límites de Internet. Controlar las horas de conexión, los contenidos que ellos ven y sus amigos virtuales.
Reflexionar: A esta edad no hay conciencia del daño que se hace al otro y eso es lo que los papás deben evaluar. “A esta edad, los niños son egocéntricos. Hay que ayudarles a reflexionar y evaluar las consecuencias de sus actos diciéndoles: '¿Cómo te sentirías si te hicieran esto?' Si los ayudas a ponerse en el lugar de los que recibieron las ofensas, generalmente lo procesan bien”, según explican los psicólogos.
¿Qué pueden hacer los padres para combatirlo?
Agruparse en un comité y pedir al colegio que forme un programa para combatir el bullying es lo más efectivo porque lo identifica como un problema social. Tratar de identificar al “niño problema” o al “grupo problema”, por lo general, no funciona: sólo crea más escapatorias y fomenta una atmósfera de desconfianza y venganza. El fin es crear conciencia.
¿Qué medidas debe tomar el colegio?
Debe incentivar a los testigos a hablar para combatir las burlas y ayudar a las víctimas. Abrir discusiones grupales, generar debates sobre estas dinámicas y dar ciertas pautas para entrar en razón son medidas que ayudan en la lucha contra el bullying.
¿Qué deben hacer los padres si sus hijos intimidan a otros?
Si un padre ve que su hijo está amenazando físicamente a otro niño, debe pararlo de inmediato. Si ve que lo acosa verbalmente, puede o no intervenir al instante: humillarlo ipso facto suele ser contraproducente; hablar con él más tarde, en privado, y preguntarle su versión, suele tener mejores resultados.
¿Qué deben hacer los padres si a sus hijos los molestan o amenazan?
Lo primero es conversar con ellos y explicarles que eso también les concierne. Muchas veces, aquel niño acarrea una serie de problemas que los padres desconocen y en los que podrían ayudar mucho. Una conversación con el profesor también puede ser muy útil.
Definir límites: Informarse, conversar con ellos y definir los límites de Internet. Controlar las horas de conexión, los contenidos que ellos ven y sus amigos virtuales.
Reflexionar: A esta edad no hay conciencia del daño que se hace al otro y eso es lo que los papás deben evaluar. “A esta edad, los niños son egocéntricos. Hay que ayudarles a reflexionar y evaluar las consecuencias de sus actos diciéndoles: '¿Cómo te sentirías si te hicieran esto?' Si los ayudas a ponerse en el lugar de los que recibieron las ofensas, generalmente lo procesan bien”, según explican los psicólogos.
¿Qué pueden hacer los padres para combatirlo?
Agruparse en un comité y pedir al colegio que forme un programa para combatir el bullying es lo más efectivo porque lo identifica como un problema social. Tratar de identificar al “niño problema” o al “grupo problema”, por lo general, no funciona: sólo crea más escapatorias y fomenta una atmósfera de desconfianza y venganza. El fin es crear conciencia.
¿Qué medidas debe tomar el colegio?
Debe incentivar a los testigos a hablar para combatir las burlas y ayudar a las víctimas. Abrir discusiones grupales, generar debates sobre estas dinámicas y dar ciertas pautas para entrar en razón son medidas que ayudan en la lucha contra el bullying.
¿Qué deben hacer los padres si sus hijos intimidan a otros?
Si un padre ve que su hijo está amenazando físicamente a otro niño, debe pararlo de inmediato. Si ve que lo acosa verbalmente, puede o no intervenir al instante: humillarlo ipso facto suele ser contraproducente; hablar con él más tarde, en privado, y preguntarle su versión, suele tener mejores resultados.
¿Qué deben hacer los padres si a sus hijos los molestan o amenazan?
Lo primero es conversar con ellos y explicarles que eso también les concierne. Muchas veces, aquel niño acarrea una serie de problemas que los padres desconocen y en los que podrían ayudar mucho. Una conversación con el profesor también puede ser muy útil.
Artículo sobre algunas historias de Bullying
Hay muchas historias aun que desgraciadamente solo conocemos unas pocas, como la de jokin, pero en esta pagina os vamos a contar algunas de esas historias olvidadas. Leer estos datos que son muy curiosos:El 48% de los escolares españoles entre los nueve y los 14 años ha padecido o padece violencia por parte de un compañero.
Para más de la mitad, el acoso es psicológico y un 18% lo sufre también físico, heridas de arma blanca (2%) y agresiones sexuales (2,5%) incluidas. A partir de entonces comencé a entrevistar a niños (tanto agredidos como agresores) en toda España y la realidad del problema me resultó aún más cruda que la estadística. Un padecimiento que casi todos llevaban en silencio y del que algunos escapaban recurriendo también a la violencia.
«Goliat», como lo llaman sus amigos -un chico que había sido víctima de malos tratos por parte de su padre, y que con sus 13 años repetía un guión conocido- pegaba y se burlaba frecuentemente de uno de sus compañeros. Su madre lo descubrió porque le escuchó contárselo a un amigo por teléfono. En lugar de mirar para otro lado, optó por llevar a su hijo a un psicólogo y habló con los profesores y con los padres del chico agredido. Entre todos consiguieron que el colegio instaurara la figura de un mediador que le enseñara a los alumnos cómo resolver estos episodios. Padres y escuela, pusieron de su parte para que no volviera a ocurrir. En el instituto de Jokin y en todos deberían hacer lo mismo.
Lucas es obeso, tiene 11 años, y lleva cinco soportando intimidaciones .En primer grado, cuando empezaron las bromas pesadas que le hacía un niño en particular -hijo de la secretaria de la escuela-, pesaba 42 kilos. Ese año nunca escuchó su nombre y sí «bola de grasa», «el gordo», «el pelota». Lucas, un chico muy tímido, reaccionaba al principio llorando. Ahora se le puede ver solo por el patio de la escuela. Lo han derrotado.El año pasado lo desnudaron en el lavabo y le escondieron la ropa. Asiste al colegio porque no se atreve a decirle a su padre lo que le pasa. Si alguien hubiera hablado con él cuando se sintió humillado en la clase de gimnasia -el día que el profesor le gritó «corre gordo, baja la tripa» porque iba más lento que los demás- tal vez sabría defenderse. En ese momento todos rieron y Lucas se sintió doblemente humillado. ¿Cómo se sentiría Jokin el día que una profesora le ordenó que recogiera los rollos de papel higiénico que sembraban los pupitres cuando sus amigos festejaban el aniversario de su diarrea en clase?Lucas se culpa de lo que le sucede. Hay una profesora que sabe de su calvario, pero el colegio no toma medidas. Él se esfuerza por agradar pero su actitud causa el efecto contrario: exaspera al bully, y cada día soporta más golpes, codazos y empujones.¿La última vejación que ha sufrido? Le orinaron la mochila en uno de los recreos.
Mónica cursa 3º de ESO y desde el año pasado es víctima de una chica y un chico de su grupo. Apenas empezar las clases llegó a casa con más de 20 chicles pegados en la cabeza. Sigue siendo una excelente alumna pero desde hace dos días no quiere salir de casa. Jokin también era listo y sacaba buena notas.
«Álvaro me pega, pero también me cuida de que los más grandes me hagan daño». Marcos, un niño inmigrante de ocho años, lleva casi un año recibiendo palizas de sus compañeros, pero sobre todo de su amigo, que de un puñetazo a final de curso del año pasado le destrozó las gafas.
Sandra (17 años) es una excelente estudiante de un colegio de Barcelona que aún tiene problemas con la comida. En segundo año de ESO, sus tres mejores amigas empezaron a mofarse de ella a y ridiculizarla delante de toda la clase y de los profesores, quienes, por cierto, también se reían de las bromas. Como en el caso de Jokin, alguien le colocó a Sandra el cartel de chivata, la señaló como la persona que había delatado a sus tres amigas cuando el coche del director apareció lleno de pintadas insultantes. Cuatro años después, su diagnóstico sigue siendo anorexia nerviosa .La semana pasada en Argentina, en un pueblo tranquilo de la Patagonia, un joven mataba tres compañeros de clase porque estaba cansado de las burlas.
Pau tiene 14 años y por un problema en los huesos lleva botas ortopédicas. Dos de sus compañeros le empujan y se ríen. Se ha caído varias veces y ha llegado lastimado a casa. Los alumnos acosadores, argumentan que sólo lo hacen para divertirse, que no le quieren hacer daño Nada de ello es verdad. Buscan sentirse protagonistas. Necesitan percibirse fuertes y poderosos. Se sienten superiores cuando machacan al otro. Tras el enfurecimiento de la víctima esconden sus propias heridas. Bajo la apariencia de una novatada, los agresores camuflan su inseguridad, y llenan su vacío emocional. Persiguen sin descanso vivencias diferentes, y necesitan impresionar.
Carolina, a sus 20 años, recuerda con espanto lo que le hacían a uno de sus compañeros de clase, el «genio de las matemáticas», como aún le llama. «Le tiraban botellas de plástico, le pegaban, le rompían las carpetas, le tiraban las gafas al suelo, le ponían tierra en su comida A veces, cuando Joaquín estaba tendido en el suelo, doblado en dos y con una mano en la barriga y otra en la cabeza, un grupo de amigas y yo gritábamos ¡parad! Pero ellos no paraban. A veces sueño con Joaquín al que no vi más. Sueño que nos golpean a los dos». Tanto los agresores como los testigos mudos forman parte de un mismo circuito de miedo y necesidad.
A Mario, con 15 años, su perseguidor desde hacía más de dos años le escupía su comida en el comedor del colegio y se la hacía engullir ante la risa de sus compañeros. Todos los días. Era el modo en que creaba espectáculo. Una experiencia que el bullying definía como «excitante», pero sólo mientras estaba frente al grupo. Luego, cuando Mario tímidamente vomitaba después de comer y algún monitor averiguaba qué ocurría, decía que estaba enfermo o ponía otro tipo de excusas :«Él me pidió una broma y a mí se me ocurrió ésta ». O apelaba a sus derechos: «Me estaba provocando y yo sólo lo hice para defenderme». O se hacía pasar por víctima: «Es que a mí también me lo han hecho».
La historia del joven de Hondarribia
A Jokin, 14 años, sus compañeros empiezan a burlarse de el cuando a principios del curso 2004-2005 se hace sus necesidades encima en clase. De la mofa, pasan a los golpes, incluso le rompen el aparato dental en una paliza. «Le hacían comer tierra», dice una compañera. Durante el campamento de verano, Jokin y su cuadrilla son pillados por los monitores mientras fumaban un porro. Cuando el asunto llega a oídos de los padres de los adolescentes, todos señalan,
injustamente, a Jokin como chivato y se ensañan más con él. El 13 de septiembre, primer día de clase, es recibido con el aula decorada con papel higiénico para celebrar el aniversario de la diarrea y con golpes. 14 de septiembre lo acribillan a balonazos en el gimnasio. El 15, otra paliza cruel. Jokin deja de ir a clase y su tutora alerta a los padres. Padres y profesora acuerdan que Jokin vuelva al aula el martes 21 con un móvil por si tuviera problemas. Esa madrugada, se suicida.
En el lugar donde Jokin se suicidó sus compañeros dejaron flores y velas. La madrugada del 21 de septiembre cogió su bici y salió de casa. Encontraron su cuerpo a los pies de la muralla de Hondarribia 12 horas después. «Libre, oh, libre. Mis ojos seguirán aunque paren mis pies», escribió la tarde antes en Internet.Es el lugar donde Xebe, como le llamaban sus compañeros, decidió poner fin a su vida tras ser víctima durante más de un año de lo que se conoce como bullying. Un anglicismo con el que se designa el proceso de intimidación en los centros de estudio, sistemático y creciente, por parte de ciertos compañeros hacia otro, con el beneplácito del grupo.El pasado miércoles alguien dejó esta frase, escrita en un folio blanco con tinta azul y en castellano, al lado de las velas que dibujan las iniciales de Jokin, J.C., junto a la muralla de Hondarribia (Guipúzcoa):" Jokin, no te conocía pero yo también he pasado por lo mismo. Mi dolor sigue oculto, el tuyo ya no y servirá para hacer cambiar las cosas. Ahora descansa en paz. Un beso"La carta, sorprendentemente, al día siguiente, jueves, había desaparecido. ¿Porque delataba que hay más Jokins, o porque rompía con el pacto obligado de silencio impuesto por el centro escolar? Sea como fuere, lo cierto es que no sabemos si los alumnos del centro reciben atención psicológica tras lo ocurrido, tampoco si alguien se ha tomado el trabajo de explicarles que el bullying lastima y mata de muchas maneras.Jokin no fue este septiembre a las fiestas del pueblo con sus amigos. Ya no quería divertirse ni estar con sus maltratadores. Ni siquiera tenía ilusión por su 15 cumpleaños, que hubiera sido cuatro días después del fatídico martes 21.
Para más de la mitad, el acoso es psicológico y un 18% lo sufre también físico, heridas de arma blanca (2%) y agresiones sexuales (2,5%) incluidas. A partir de entonces comencé a entrevistar a niños (tanto agredidos como agresores) en toda España y la realidad del problema me resultó aún más cruda que la estadística. Un padecimiento que casi todos llevaban en silencio y del que algunos escapaban recurriendo también a la violencia.
«Goliat», como lo llaman sus amigos -un chico que había sido víctima de malos tratos por parte de su padre, y que con sus 13 años repetía un guión conocido- pegaba y se burlaba frecuentemente de uno de sus compañeros. Su madre lo descubrió porque le escuchó contárselo a un amigo por teléfono. En lugar de mirar para otro lado, optó por llevar a su hijo a un psicólogo y habló con los profesores y con los padres del chico agredido. Entre todos consiguieron que el colegio instaurara la figura de un mediador que le enseñara a los alumnos cómo resolver estos episodios. Padres y escuela, pusieron de su parte para que no volviera a ocurrir. En el instituto de Jokin y en todos deberían hacer lo mismo.
Lucas es obeso, tiene 11 años, y lleva cinco soportando intimidaciones .En primer grado, cuando empezaron las bromas pesadas que le hacía un niño en particular -hijo de la secretaria de la escuela-, pesaba 42 kilos. Ese año nunca escuchó su nombre y sí «bola de grasa», «el gordo», «el pelota». Lucas, un chico muy tímido, reaccionaba al principio llorando. Ahora se le puede ver solo por el patio de la escuela. Lo han derrotado.El año pasado lo desnudaron en el lavabo y le escondieron la ropa. Asiste al colegio porque no se atreve a decirle a su padre lo que le pasa. Si alguien hubiera hablado con él cuando se sintió humillado en la clase de gimnasia -el día que el profesor le gritó «corre gordo, baja la tripa» porque iba más lento que los demás- tal vez sabría defenderse. En ese momento todos rieron y Lucas se sintió doblemente humillado. ¿Cómo se sentiría Jokin el día que una profesora le ordenó que recogiera los rollos de papel higiénico que sembraban los pupitres cuando sus amigos festejaban el aniversario de su diarrea en clase?Lucas se culpa de lo que le sucede. Hay una profesora que sabe de su calvario, pero el colegio no toma medidas. Él se esfuerza por agradar pero su actitud causa el efecto contrario: exaspera al bully, y cada día soporta más golpes, codazos y empujones.¿La última vejación que ha sufrido? Le orinaron la mochila en uno de los recreos.
Mónica cursa 3º de ESO y desde el año pasado es víctima de una chica y un chico de su grupo. Apenas empezar las clases llegó a casa con más de 20 chicles pegados en la cabeza. Sigue siendo una excelente alumna pero desde hace dos días no quiere salir de casa. Jokin también era listo y sacaba buena notas.
«Álvaro me pega, pero también me cuida de que los más grandes me hagan daño». Marcos, un niño inmigrante de ocho años, lleva casi un año recibiendo palizas de sus compañeros, pero sobre todo de su amigo, que de un puñetazo a final de curso del año pasado le destrozó las gafas.
Sandra (17 años) es una excelente estudiante de un colegio de Barcelona que aún tiene problemas con la comida. En segundo año de ESO, sus tres mejores amigas empezaron a mofarse de ella a y ridiculizarla delante de toda la clase y de los profesores, quienes, por cierto, también se reían de las bromas. Como en el caso de Jokin, alguien le colocó a Sandra el cartel de chivata, la señaló como la persona que había delatado a sus tres amigas cuando el coche del director apareció lleno de pintadas insultantes. Cuatro años después, su diagnóstico sigue siendo anorexia nerviosa .La semana pasada en Argentina, en un pueblo tranquilo de la Patagonia, un joven mataba tres compañeros de clase porque estaba cansado de las burlas.
Pau tiene 14 años y por un problema en los huesos lleva botas ortopédicas. Dos de sus compañeros le empujan y se ríen. Se ha caído varias veces y ha llegado lastimado a casa. Los alumnos acosadores, argumentan que sólo lo hacen para divertirse, que no le quieren hacer daño Nada de ello es verdad. Buscan sentirse protagonistas. Necesitan percibirse fuertes y poderosos. Se sienten superiores cuando machacan al otro. Tras el enfurecimiento de la víctima esconden sus propias heridas. Bajo la apariencia de una novatada, los agresores camuflan su inseguridad, y llenan su vacío emocional. Persiguen sin descanso vivencias diferentes, y necesitan impresionar.
Carolina, a sus 20 años, recuerda con espanto lo que le hacían a uno de sus compañeros de clase, el «genio de las matemáticas», como aún le llama. «Le tiraban botellas de plástico, le pegaban, le rompían las carpetas, le tiraban las gafas al suelo, le ponían tierra en su comida A veces, cuando Joaquín estaba tendido en el suelo, doblado en dos y con una mano en la barriga y otra en la cabeza, un grupo de amigas y yo gritábamos ¡parad! Pero ellos no paraban. A veces sueño con Joaquín al que no vi más. Sueño que nos golpean a los dos». Tanto los agresores como los testigos mudos forman parte de un mismo circuito de miedo y necesidad.
A Mario, con 15 años, su perseguidor desde hacía más de dos años le escupía su comida en el comedor del colegio y se la hacía engullir ante la risa de sus compañeros. Todos los días. Era el modo en que creaba espectáculo. Una experiencia que el bullying definía como «excitante», pero sólo mientras estaba frente al grupo. Luego, cuando Mario tímidamente vomitaba después de comer y algún monitor averiguaba qué ocurría, decía que estaba enfermo o ponía otro tipo de excusas :«Él me pidió una broma y a mí se me ocurrió ésta ». O apelaba a sus derechos: «Me estaba provocando y yo sólo lo hice para defenderme». O se hacía pasar por víctima: «Es que a mí también me lo han hecho».
La historia del joven de Hondarribia
A Jokin, 14 años, sus compañeros empiezan a burlarse de el cuando a principios del curso 2004-2005 se hace sus necesidades encima en clase. De la mofa, pasan a los golpes, incluso le rompen el aparato dental en una paliza. «Le hacían comer tierra», dice una compañera. Durante el campamento de verano, Jokin y su cuadrilla son pillados por los monitores mientras fumaban un porro. Cuando el asunto llega a oídos de los padres de los adolescentes, todos señalan,
injustamente, a Jokin como chivato y se ensañan más con él. El 13 de septiembre, primer día de clase, es recibido con el aula decorada con papel higiénico para celebrar el aniversario de la diarrea y con golpes. 14 de septiembre lo acribillan a balonazos en el gimnasio. El 15, otra paliza cruel. Jokin deja de ir a clase y su tutora alerta a los padres. Padres y profesora acuerdan que Jokin vuelva al aula el martes 21 con un móvil por si tuviera problemas. Esa madrugada, se suicida.
En el lugar donde Jokin se suicidó sus compañeros dejaron flores y velas. La madrugada del 21 de septiembre cogió su bici y salió de casa. Encontraron su cuerpo a los pies de la muralla de Hondarribia 12 horas después. «Libre, oh, libre. Mis ojos seguirán aunque paren mis pies», escribió la tarde antes en Internet.Es el lugar donde Xebe, como le llamaban sus compañeros, decidió poner fin a su vida tras ser víctima durante más de un año de lo que se conoce como bullying. Un anglicismo con el que se designa el proceso de intimidación en los centros de estudio, sistemático y creciente, por parte de ciertos compañeros hacia otro, con el beneplácito del grupo.El pasado miércoles alguien dejó esta frase, escrita en un folio blanco con tinta azul y en castellano, al lado de las velas que dibujan las iniciales de Jokin, J.C., junto a la muralla de Hondarribia (Guipúzcoa):" Jokin, no te conocía pero yo también he pasado por lo mismo. Mi dolor sigue oculto, el tuyo ya no y servirá para hacer cambiar las cosas. Ahora descansa en paz. Un beso"La carta, sorprendentemente, al día siguiente, jueves, había desaparecido. ¿Porque delataba que hay más Jokins, o porque rompía con el pacto obligado de silencio impuesto por el centro escolar? Sea como fuere, lo cierto es que no sabemos si los alumnos del centro reciben atención psicológica tras lo ocurrido, tampoco si alguien se ha tomado el trabajo de explicarles que el bullying lastima y mata de muchas maneras.Jokin no fue este septiembre a las fiestas del pueblo con sus amigos. Ya no quería divertirse ni estar con sus maltratadores. Ni siquiera tenía ilusión por su 15 cumpleaños, que hubiera sido cuatro días después del fatídico martes 21.
Cuestionario para detectar el Bullying.
1. ¿Cuales son en tu opinión las formas más frecuentes de maltrato entre compañeros/as?
a) Insultar, poner motes.
b) Reírse de alguien, dejar en ridículo.
c) Hacer daño físico (pegar, dar patadas, empujar)
d) Hablar mal de alguien.e) Amenazar, chantajear, obligar a hacer cosas.
f) Rechazar, aislar, no juntarse con alguien, no dejar participar.
g) Otros.
2. ¿Cuantas veces, en este curso, te han intimidado o maltratado algunos/as de tus compañeros?
a) Nunca .
b) Pocas veces
c) Bastantes veces.
d) Casi todos los días, casi siempre.
3. Si tus compañeros/as te han intimidado en alguna ocasión ¿desde cuando se producen estas situaciones?
a) Nadie me ha intimidado nunca.
b) Desde hace poco, unas semanas.
c) Desde hace unos meses.
d) Durante todo el curso.
e) Desde siempre.
4. ¿ En que lugares se suelen producir estas situaciones de intimidación?
a) En la clase cuando esta un profesor/a
b) En la clase cuando no hay ningún profesor/a.
c) En los pasillos del instituto.
d) En los aseos.
e) En el patio cuando vigila algún profesor/a.
f) En el patio cuando no vigila ningún profesor/a.
g) Cerca del instituto, al salir de clase.
h) En la calle.
5. Si alguien te intimida ¿hablas con alguien de lo que te sucede?
a) Nadie me intimida.
b) No hablo con nadie.
c) Con los/as profesores/as.
d) Con mi familia.
e) Con compañeros/as.
6. ¿Quién suele parar las situaciones de intimidación?
a) Nadie.
b) Algún profesor.
c) Alguna profesora.
d) Otros adultos.
e) Algunos compañeros.
f) Algunas compañeras.
g) No lo sé.
7. ¿Has intimidado o maltratado a algún compañero o a alguna compañera?
a) Nunca me meto con nadie.
b) Alguna vez.
c) Con cierta frecuencia.
d) Casi todos los días
8. Si te han intimidado en alguna ocasión ¿Por que crees que lo hicieron?
a) Nadie me ha intimidado nunca.
b) No lo sé.
c) Porque los provoqué.
d) Porque soy diferente a ellos.
e) Porque soy más débil.
f) Por molestarme.
g) Por gastarme una broma.
h) Porque me lo merezco.
i) Otros.
9. Si has participado en situaciones de intimidación hacia tus compañeros/as ¿Por qué lo hiciste?
a) No he intimidado a nadie.
b) Porque me provocaron.
c) Porque a mí me lo hacen otros/as.
d) Porque son diferentes (gitanos, deficientes, extranjeros, payos, de otros sitios.....)
e) Porque eran mas débiles.
f) Por molestar.
g) Por gastar una broma.
h) Otros.
10. ¿Por que crees que algunos/as chicos/as intimidan a otros/as?
a) Por molestar.
b) Porque se meten con ellos/as.
c) Porque son mas fuertes.
d) Por gastar una broma.
e) Por otras razones.
11. ¿Con qué frecuencia han ocurrido intimidaciones (poner motes, dejar en ridículo, pegar, dar patadas, empujar, amenazas, rechazos, no juntarse, etc. ) en tu instituto durante el trimestre?
a) Nunca.
b) Menos de cinco veces.
c) Entre cinco y diez veces.
d) Entre diez y veinte veces.
e) Más de veinte veces.
f) Todos los días.
12. ¿Qué tendría que suceder para que se arreglase este problema?
a) No se puede arreglar.
b) No sé.
c) Que hagan algo los/as profesores/as.
d) Que hagan algo las familias.
e) Que hagan algo los/as compañeros/as.
a) Insultar, poner motes.
b) Reírse de alguien, dejar en ridículo.
c) Hacer daño físico (pegar, dar patadas, empujar)
d) Hablar mal de alguien.e) Amenazar, chantajear, obligar a hacer cosas.
f) Rechazar, aislar, no juntarse con alguien, no dejar participar.
g) Otros.
2. ¿Cuantas veces, en este curso, te han intimidado o maltratado algunos/as de tus compañeros?
a) Nunca .
b) Pocas veces
c) Bastantes veces.
d) Casi todos los días, casi siempre.
3. Si tus compañeros/as te han intimidado en alguna ocasión ¿desde cuando se producen estas situaciones?
a) Nadie me ha intimidado nunca.
b) Desde hace poco, unas semanas.
c) Desde hace unos meses.
d) Durante todo el curso.
e) Desde siempre.
4. ¿ En que lugares se suelen producir estas situaciones de intimidación?
a) En la clase cuando esta un profesor/a
b) En la clase cuando no hay ningún profesor/a.
c) En los pasillos del instituto.
d) En los aseos.
e) En el patio cuando vigila algún profesor/a.
f) En el patio cuando no vigila ningún profesor/a.
g) Cerca del instituto, al salir de clase.
h) En la calle.
5. Si alguien te intimida ¿hablas con alguien de lo que te sucede?
a) Nadie me intimida.
b) No hablo con nadie.
c) Con los/as profesores/as.
d) Con mi familia.
e) Con compañeros/as.
6. ¿Quién suele parar las situaciones de intimidación?
a) Nadie.
b) Algún profesor.
c) Alguna profesora.
d) Otros adultos.
e) Algunos compañeros.
f) Algunas compañeras.
g) No lo sé.
7. ¿Has intimidado o maltratado a algún compañero o a alguna compañera?
a) Nunca me meto con nadie.
b) Alguna vez.
c) Con cierta frecuencia.
d) Casi todos los días
8. Si te han intimidado en alguna ocasión ¿Por que crees que lo hicieron?
a) Nadie me ha intimidado nunca.
b) No lo sé.
c) Porque los provoqué.
d) Porque soy diferente a ellos.
e) Porque soy más débil.
f) Por molestarme.
g) Por gastarme una broma.
h) Porque me lo merezco.
i) Otros.
9. Si has participado en situaciones de intimidación hacia tus compañeros/as ¿Por qué lo hiciste?
a) No he intimidado a nadie.
b) Porque me provocaron.
c) Porque a mí me lo hacen otros/as.
d) Porque son diferentes (gitanos, deficientes, extranjeros, payos, de otros sitios.....)
e) Porque eran mas débiles.
f) Por molestar.
g) Por gastar una broma.
h) Otros.
10. ¿Por que crees que algunos/as chicos/as intimidan a otros/as?
a) Por molestar.
b) Porque se meten con ellos/as.
c) Porque son mas fuertes.
d) Por gastar una broma.
e) Por otras razones.
11. ¿Con qué frecuencia han ocurrido intimidaciones (poner motes, dejar en ridículo, pegar, dar patadas, empujar, amenazas, rechazos, no juntarse, etc. ) en tu instituto durante el trimestre?
a) Nunca.
b) Menos de cinco veces.
c) Entre cinco y diez veces.
d) Entre diez y veinte veces.
e) Más de veinte veces.
f) Todos los días.
12. ¿Qué tendría que suceder para que se arreglase este problema?
a) No se puede arreglar.
b) No sé.
c) Que hagan algo los/as profesores/as.
d) Que hagan algo las familias.
e) Que hagan algo los/as compañeros/as.
Libros recomendados sobre Bullying - Acoso Escolar
1. Bullying. Acoso escolar
Rosa SerrateBullying - Acoso Escolar busca soluciones no sólo para aquellos padres y educadores que afrontan día a día este problema, sino para toda la sociedad, ya que como afirma Rosa Serrate "El Bullying es un fenómeno que nos afecta a todos".La lectura de esta obra permitirá a todos conocer las causas del acoso escolar partiendo así del origen del problema y planteando la necesidad de encontrar soluciones a esta cuestión. Como afirma la autora: "Es aconsejable empezar a trabajar la educación emocional lo más pronto posible, y facilitar a nuestros niños y adolescentes alternativas de conducta ante la agresión".Bullying - Acoso Escolar es una guía práctica para todos aquellos padres y educadores que quieren evitar estas situaciones y que son capaces de afrontarlas desde la base, como es una educación basada en el respeto a los demás y en la propia autoestima.
2. SOS Bullying. Prevenir el acoso escolar y mejorar la convivencia
Ferran BarriLa presente obra trata de poner de manifiesto la situación que vive el sistema educativo español analizando de forma detallada las diferentes problemáticas con las que conviven día a día los miembros de la comunidad educativa. Una de ellas, quizá la más importante, es las situaciones conflictivas a las que se enfrentan tanto alumnos como profesores y padres, debidas a casos de acoso escolar, de indisciplina, de problemas de adaptación, de violencia... En este libro su autor analiza estas situaciones y plantea propuestas concretas para mejorar la convivencia en las aulas.
3. Bullying. El acoso escolar
William VoorsLa violencia en la escuela tiene actualmente gran difusión en los medios informativos, dada la problemática social que conlleva. Según revelan estudios recientes, en España, sin ir más lejos, uno de cada cuatro alumnos es víctima de la violencia escolar. El índice de acoso en las aulas, en su mayoría de tipo psíquico, es hasta siete veces más alto en los alumnos de primaria que entre los que acaban bachillerato. Desde hace varias décadas, investigadores de muchos países vienen informando de las serias consecuencias que conlleva el acoso escolar, que en casos extremos puede llevar al suicidio, de lo que lamentablemente tenemos ejemplos recientes. Este libro constituye un recurso indispensable para los padres cuyos hijos se ven afectados por este creciente fenómeno. El autor, profundo conocedor del tema, define las numerosas variantes de las conductas abusivas, proporciona listas de signos gracias a los cuales los padres podrán descubrir si su hijo está siendo víctima de acoso y contiene sugerencias sobre cómo poner en práctica líneas de conducta que contrarresten el comportamiento abusivo.
4. Acoso escolar ¡no!. Aprende a decir ¡No!
Stéphanie Duval, Manu BoisteauEsta colección explora situaciones de la vida cotidiana en las que los niños pueden verse desprotegidos o desamparados, ofreciendo consejos para rechazarlas y saber cómo reaccionar.
Rosa SerrateBullying - Acoso Escolar busca soluciones no sólo para aquellos padres y educadores que afrontan día a día este problema, sino para toda la sociedad, ya que como afirma Rosa Serrate "El Bullying es un fenómeno que nos afecta a todos".La lectura de esta obra permitirá a todos conocer las causas del acoso escolar partiendo así del origen del problema y planteando la necesidad de encontrar soluciones a esta cuestión. Como afirma la autora: "Es aconsejable empezar a trabajar la educación emocional lo más pronto posible, y facilitar a nuestros niños y adolescentes alternativas de conducta ante la agresión".Bullying - Acoso Escolar es una guía práctica para todos aquellos padres y educadores que quieren evitar estas situaciones y que son capaces de afrontarlas desde la base, como es una educación basada en el respeto a los demás y en la propia autoestima.
2. SOS Bullying. Prevenir el acoso escolar y mejorar la convivencia
Ferran BarriLa presente obra trata de poner de manifiesto la situación que vive el sistema educativo español analizando de forma detallada las diferentes problemáticas con las que conviven día a día los miembros de la comunidad educativa. Una de ellas, quizá la más importante, es las situaciones conflictivas a las que se enfrentan tanto alumnos como profesores y padres, debidas a casos de acoso escolar, de indisciplina, de problemas de adaptación, de violencia... En este libro su autor analiza estas situaciones y plantea propuestas concretas para mejorar la convivencia en las aulas.
3. Bullying. El acoso escolar
William VoorsLa violencia en la escuela tiene actualmente gran difusión en los medios informativos, dada la problemática social que conlleva. Según revelan estudios recientes, en España, sin ir más lejos, uno de cada cuatro alumnos es víctima de la violencia escolar. El índice de acoso en las aulas, en su mayoría de tipo psíquico, es hasta siete veces más alto en los alumnos de primaria que entre los que acaban bachillerato. Desde hace varias décadas, investigadores de muchos países vienen informando de las serias consecuencias que conlleva el acoso escolar, que en casos extremos puede llevar al suicidio, de lo que lamentablemente tenemos ejemplos recientes. Este libro constituye un recurso indispensable para los padres cuyos hijos se ven afectados por este creciente fenómeno. El autor, profundo conocedor del tema, define las numerosas variantes de las conductas abusivas, proporciona listas de signos gracias a los cuales los padres podrán descubrir si su hijo está siendo víctima de acoso y contiene sugerencias sobre cómo poner en práctica líneas de conducta que contrarresten el comportamiento abusivo.
4. Acoso escolar ¡no!. Aprende a decir ¡No!
Stéphanie Duval, Manu BoisteauEsta colección explora situaciones de la vida cotidiana en las que los niños pueden verse desprotegidos o desamparados, ofreciendo consejos para rechazarlas y saber cómo reaccionar.
History of Ryan Halligan
Ryan Halligan was born on December 18, 1989 in Poughkeepsie, New York, the son of John P. and Kelly Halligan. His family moved to Essex Junction, Vermont, where Halligan attended elementary school and, later, middle school. He was described by his father as a "gentle, very sensitive soul", who experienced some developmental delays affecting speech and physical coordination in his early school years. Although he overcame those difficulties by the fourth grade, "He still struggled; school was never easy to him, but he always showed up with a smile on his face, eager to do his best", said his father.[3]
In his 1999–2000 school year, Halligan suffered bullying at the hands of a group of students at his school because of his learning disorder. The family stated in a short documentary that Ryan enrolled in counseling, with little success. In December 2002, the youngster told his father that the bullying had started again and asked for a Taebo Kick Boxing set for Christmas in order to learn how to defend himself against the bullies.[3] Following a fight in February 2003 which was broken up by the assistant principal, the bully stopped bothering Ryan. Towards the end of 7th grade, Ryan told his father that he and the bully had become friends. However, after Ryan told him something embarrassing that happened once, the bully used the information to spread a rumor that Ryan was gay.[4]
According to his father and news reports, Ryan spent much of his time online during the summer of 2003, particularly on AIM and other instant messaging services. During the summer, he was cyber-bullied by schoolmates who taunted him, thinking he was gay.[3] He unintentionally archived these conversations on his hard drive when he installed DeadAIM, a freeware program. His dad also found in this folder of archived conversations transcripts of online exchanges in which a girl whom Ryan had a crush on pretended to like him but later told him at school that he was a "loser". He found out she only pretended to like him in order to retrieve personal information about him. Their private exchanges were copied and pasted into other IMs among his schoolmates to embarrass and humiliate him. After he went up to the girl and she called him a loser, he said "It's girls like you who make me want to kill myself".[3]
On October 7, 2003, when John Halligan, Ryan's father, was away on business, and everyone else in the Halligan family was sleeping early in the morning, Ryan went into his family's bathroom and hanged himself. He was discovered by his sister who was the first one up that morning.
Historia de Jokin
Acoso Insoportable
La responsabilidad del Instituto
Acoso Escolar
No lo sabíamos
Pacto de Silencio
Amenazas
Mila y Pocholo tenían un hijo. Xavi tenía un hermano. Y los demás teníamos un primo, un sobrino, un amigo... Se llamaba Jokin, y hoy iba a cumplir 15 años. Hace cuatro días, de madrugada, cogió su bici, salió de su casa, subió a lo alto de la muralla de Hondarribia (Guipúzcoa) y dio un paso. Un solo paso que separaba la vida y la muerte.
Jokin llevaba más de un año soportando humillaciones y vejaciones constantes en su instituto. Y, desde la semana pasada, palizas. Una paliza el lunes, otra el martes y otra el miércoles. Palizas propinadas por, entre otros, hijos de profesores.
El jueves y el viernes no quiso ir a esperar los golpes que vendrían, y no fue al colegio. Pero sabía que tendría que volver tarde o temprano. Y que, incluso si no volvía, viviendo en un pueblo, sus pequeños pero grandes torturadores le seguirían amargando la existencia. Él no contó nada de esto a nadie.
Probablemente pensaba, como le repetían sus verdugos, que alguien fuerte resuelve sus propios problemas sin implicar a los otros. Finalmente, el martes, en la oscuridad de la noche, imaginando lo que le tocaría soportar al día siguiente, Jokin decidió que la paz eterna era mejor que el infierno cotidiano. Y se marchó.
¿Dónde miraban los profesores mientras Jokin sufría, delante de sus ojos? ¿Qué hace el Estado con nuestros hijos, en sus escuelas, cuando se los confiamos? ¿Qué clase de mundo estamos construyendo que hace de niños de 14 años torturadores sistemáticos y sin escrúpulos?
Descanse en paz el hijo, el hermano... el ser querido.- Mónica C. Belaza. Madrid.
LA RESPONSABILIDAD DEL INSTITUTO
Familiares del joven Jokin aseguran que una profesora participó en actos vejatorios al menor
La familia apunta la "importante" responsabilidad que, en su opinión, puede tener el instituto en el suicidio de Jokin.Una de las profesoras del escolar que se suicidó hace nueve días en Hondarribia (Guipúzcoa) por el acoso al que presuntamente le sometían varios de sus compañeros participó en uno de los actos vejatorios que sufrió el menor, según han asegurado fuentes de la familia.
El Instituto de la Juventud alerta del aumento de la violencia entre los adolescentes
Estas fuentes han recordado que las humillaciones de las que era objeto Jokin C., de 14 años, comenzaron hace un año, después de que el joven se hiciera sus necesidades encima debido a un problema gástrico, y recordaron que el pasado martes 14 de septiembre varios alumnos de su instituto decidieron "celebrar" este aniversario "arrojando en el aula un montón de rollos de papel higiénico".
Las fuentes citadas lamentaron que ante esa situación una de las profesoras decidiera "dar una nueva vuelta de tuerca" a las vejaciones y humillaciones que sufría el adolescente y le obligara a "recoger todos los rollos de papel higiénico que habían lanzado sus compañeros".
Las fuentes familiares calificaron de "gravísimo" este episodio, que han conocido por el testimonio de algunos alumnos del centro, porque a una persona que está sometida a la presión que sufría Jokin "lo único que le faltaba" es que un profesor "reaccione de esa manera".
"Importante responsabilidad del instituto"
La familia ya apuntó ayer a la "importante" responsabilidad que, en su opinión, puede tener el instituto en el suicidio de Jokin, porque muchas de las agresiones y humillaciones "se produjeron dentro del ámbito del centro escolar".
Respecto a los resultados de la autopsia practicada al cadáver del menor, quien fue víctima de varias palizas días antes de su muerte, las fuentes explicaron que se ha confirmado la existencia de distintos edemas en varias zonas del cuerpo del joven, que la necropsia ha datado en ocho o diez días antes del fallecimiento.
Por otra parte, la familia mantiene su intención de presentar una denuncia por lo ocurrido, aunque las fuentes consultadas por Efe explicaron que no lo hará de manera inmediata, porque la investigación ya está en marcha por parte de la Fiscalía del Menor, y porque antes prefiere esperar hasta obtener "el máximo de pruebas e indicios".
Jokin C. se suicidó presuntamente la madrugada del pasado 21 de septiembre tras soportar supuestamente durante un año "humillaciones y vejaciones constantes" en su instituto y desde la semana pasada "palizas" por parte de varios alumnos, entre ellos algunos hijos de profesores, según relataron fuentes próximas a la familia. El instituto en el que estudian los menores ha expulsado cautelarmente durante una semana a ocho adolescentes.
ACOSO ESCOLAR
La Fiscalía de Gipuzkoa investigará la muerte del joven que sufría acoso escolar
La Fiscalía de Gipuzkoa ha solicitado al Juzgado de Instrucción número 2 de Irún que se inhiba en su favor en el caso de la muerte del escolar que se suicidó el pasado día 21 en Hondarribia, presuntamente por el acoso al que le sometían sus compañeros.
Según informaron a Efe fuentes de la Fiscalía, las pesquisas se iniciaron tras el descubrimiento del cuerpo del menor Jokin C., de 14 años, después de que presuntamente se arrojara al vacío desde las murallas de la localidad costera.
El atestado con las primeras averiguaciones de la Ertzaintza sobre la muerte del menor fueron remitidas al Juzgado de Instrucción número 2 de Irún, siguiendo el protocolo habitual en el caso de los suicidios.
Ahora, la Fiscalía ha solicitado a este juzgado que se inhiba en su favor y le remita las actuaciones para concentrar el procedimiento y centralizar las investigaciones con el fin de determinar las circunstancias en las que se produjo el fallecimiento de Jokin.
También el departamento vasco de Educación adelantó hoy su voluntad de remitir a la Fiscalía el informe interno del caso que están elaborando sus propios inspectores.
Sin resultados de la autopsia
Por su parte, el abogado y familiar del adolescente fallecido, Miguel Angel Ceberio, explicó que la familia no dispone aún de los resultados de la autopsia del joven, cuyos primeros resultados apuntan a que el menor tenía lesiones previas a su muerte, por lo que todavía no ha denunciado formalmente los hechos como tiene previsto hacer.
Ceberio aclaró asimismo a Efe que tampoco se ha podido acceder al ordenador personal de Jokin porque la familia desconoce la clave, y está a la espera de que los expertos de la policía consigan entrar en la computadora para conocer el contenido del correo electrónico del menor y si en él "existe algo que sirva para aclarar el asunto".
El letrado precisó que hasta ayer a la noche ninguno de los padres de los presuntos acosadores del menor se había puesto en contacto con los progenitores de Jokin, aunque sí recibieron al día siguiente de la muerte del adolescente un telegrama de condolencia conjunto remitido por las familias de cinco de los ocho supuestos agresores.
Padres "muy afectados"
El abogado señaló que los padres de Jokin se encuentran muy afectados por lo ocurrido pero "tratan de sobreponerse de alguna manera" a lo ocurrido con la esperanza de que las investigaciones iniciadas permitan esclarecer la muerte del adolescente y "delimitar responsabilidades".
Precisó, en este sentido, que la responsabilidad de instituto en el caso "puede ser importante", porque "todas las agresiones anteriores" al fallecimiento "se han producido dentro del ámbito del centro escolar".
Jokin C., de 14 años, se suicidó presuntamente la madrugada del 21 de septiembre tras soportar supuestamente durante un año "humillaciones y vejaciones constantes" en su instituto y desde la semana pasada "palizas", por parte de varios hijos de profesores entre otros jóvenes, según relataron fuentes próximas a la familia.
El instituto en el que estudian los menores ha expulsado cautelarmente durante una semana a ocho adolescentes, según Miguel Angel Ceberio, si bien este centro educativo no quiso ofrecer información sobre este asunto.
Extraído de :
http://servicios.diariovasco.com/pg040929/actualidad/aldia/200409/29/DVA
a sugerencia de:
http://mobbingopinion.bpweb.net/artman/publish/article_1375.shtml
NO LO SABÍAMOS
Tres de los compañeros del joven muerto en Hondarribia han decidido abandonar el Instituto Padres de los alumnos expulsados creen que sus hijos no son los únicos responsables Aseguran que «los chicos no son culpables de la muerte de Jokin»
La práctica del 'bullying' «El pacto de silencio entre compañeros tiene un límite»
Hondarribia permanece dolida aún por la muerte de Jokin, el joven de catorce años, estudiante del Instituto de la localidad, que la semana pasada murió tras saltar al vacío desde la muralla. El adolescente venía siendo víctima desde hace más de un año de una situación de acoso y maltrato por parte no sólo de compañeros del centro donde estudiaba, sino también de otras cuadrillas de la ciudad.
Lo sucedido ha tensionado la convivencia en Hondarribia y especialmente en el ámbito del Instituto. Varios de los alumnos que han sido expulsados temporalmente por su presunta implicación en las agresiones han recibido amenazas. Sus padres, -algunos toman pastillas para dormir- están desolados por el trágico fallecimiento. En modo alguno pretenden equiparar su situación con el drama que viven los padres de Jokin, pero aseguran sentirse destrozados. «¿Cómo no voy a lamentar su muerte? Le conocía desde que era niño, le he visto crecer, ha estado en casa de mi familia. ¿Cómo no voy a sentirlo? Me duele profundamente», afirma el padre de uno de ellos.
Algunos de los estudiantes expedientados apenas salen de sus casas y cuando lo hacen acuden a lugares poco concurridos. Otros han optado por marcharse de la ciudad. Sus padres dicen que los «chavales están deshechos. Lo están pasando muy mal». Tratan de mantenerlos, en la medida de lo posible, distantes de la crispación que se ha generado en torno a sus personas. Temen que este episodio les estigmatice para toda su vida. Tres de ellos habrían ya decidido no continuar en el Instituto hondarribiarra.
Padres de estos chavales aseguran que desde lo ocurrido no se sienten con fuerzas para hablar con los progenitores de Jokin. Tampoco encuentran el momento ni la vía idónea para llegar hasta la familia. Seis de ellos les remitieron un telegrama de condolencia. «En estos momentos no tengo el valor suficiente para presentarme en su casa y expresarles mi pésame. Sé que no quisieron que los chicos ni nosotros acudiésemos al funeral. Sin embargo, estoy deseando hablar con el padre, siento que tengo que ponerme en contacto con ellos, pero no sé cómo hacerlo».
«No lo sabíamos»
Padres de estos chicos afirman que no tenían conocimiento de la grave situación de maltrato en la que el joven fallecido vivía desde el inicio del curso pasado cuando, tras una gastroenteritis que le llevó a hacerse sus necesidades encima, comenzó a ser objeto de mofa por parte de los estudiantes del Instituto. A las risas le siguieron las vejaciones, las humillaciones y hasta las agresiones por parte de un amplio número de alumnos del centro. «En aquellos momentos, su cuadrilla fue su refugio y muchas veces su defensa», sostiene el padre de un alumno expulsado.
La situación para Jokin se agravó después de que él y tres de sus amigos fueran sorprendidos el pasado verano en un campamento cuando fumaban porros. Los monitores enviaron una carta a sus padres y si bien los otros chavales interceptaron las misivas, Jokin no lo hizo. A partir de ahí, la víctima fue acusada de chivato por sus propios amigos y las relaciones entre ellos se tensaron. Al comenzar el curso, el pasado 13, el menor fallecido fue objeto durante tres días consecutivos de diversas agresiones.
Por temor a nuevas palizas, el chico no acudió al colegio. El viernes día 17, la tutora llamó a los padres y les informó de las ausencias. «El sábado por la noche, el padre de Jokin llamó a otro de los padres y le comentó que su hijo estaba siendo agredido. Al día siguiente nos reunimos los afectados y llegamos al compromiso de que nunca más le volverían a poner la mano encima. Me gustaría saber si esto mismo se lo explicaron a Jokin, manifiesta.
«Con Jokin se metían muchas personas, tanto en el Instituto como en la calle y sus amigos solían defenderle», afirma uno de los padres. Sostiene asimismo que los episodios de violencia protagonizados por sus hijos y los amigos de éste se circunscriben a los primeros días del presente curso. «En la primera jornada, por aquello de los porros le dieron algún cachete y el tercer día recibió un tortazo y algunos golpes más, después de la celebración del aniversario del incidente de la diarrea. Este aniversario, sin embargo, fue algo premeditado y allí participaron muchos alumnos, no sólo los ocho que han sido sancionados» explica un padre.
En medio de estos dos episodios, Jokin fue víctima de un bombardeo de balonazos en el gimnasio, un incidente en el que según los padres, no participaron sus amigos ahora expulsados, aunque sí otros compañeros de clase y alumnos de cursos inferiores. «Precisamente, fue uno de su cuadrilla quien puso fin a aquella situación» relata un padre, quien admite que Jokin recibió un trato vejatorio, «pero por parte de muchos. Mi hijo es responsable de lo ocurrido el primer y el tercer día de clase».
Los padres opinan que sus hijos no son culpables de la muerte. «Entendemos que son responsables de lo que han hecho: de haberle pegado y de haberle acosado durante los últimos días. Hemos tratado de hacerles ver que, pese a la pena que les embarga por su muerte y el temor que puedan tener a la reacción del entorno, ellos no le empujaron».
PACTO DE SILENCIO
El pacto de silencio entre compañeros tiene un límite» El profesorado destaca a los alumnos como fuente de información clave para detectar maltratos entre escolares
«Hay que conseguir que los alumnos vean que el pacto de silencio entre compañeros tiene límites, y éstos están en atacar a una persona física o psicológicamente». Rosa Virto, directora y profesora de historia del instituto Pío Baroja de Irún, apuesta por el alumnado como fuente de información clave para evitar situaciones de maltrato entre escolares. A pesar de tratarse de casos «muy puntuales», los centros disponen de «un protocolo marcado para este tipo de acciones». Pero, para poder actuar, «tenemos que estar informados. No podemos llegar al 100% de los casos porque nuestras posibilidades son limitadas», asegura Virto. Por ello, los adolescentes deberían regirse por «un código de conducta que les comprometa a denunciar estos sucesos».
Algunos estudios exponen que las aulas son, en algunas ocasiones, un auténtico infierno para multitud de adolescentes que son objeto de mofa por parte de sus compañeros. Aunque no sea ésta la realidad que viva Koldo Ortega en sus clases, sí que advierte de que a veces «detalles externos», como una mirada de tristeza o cansancio en un alumno, son para el educador toda una señal de alarma. «El profesor tiene que estar con las antenas puestas, alerta. Tenemos la labor de corregir y prevenir posibles problemas», explica el profesor dedicado 25 años a la docencia. Aunque, «es dificilísimo para nosotros detectar eso. Tratamos de que exterioricen lo que les pasa, pero no siempre te lo cuentan».
Cuando se vislumbra un posible caso, el primer paso es el acercamiento del tutor al alumno afectado, para «sacarle los nombres de las personas que le acosan y, junto al departamento de orientación, tratar de incidir en ello».
Si el problema trasciende su ámbito de actuación, «se lleva a la Comisión de Convivencia del centro», donde tanto el jefe de estudios, como el director, padres e hijos, en conjunto, tratan de solucionar esas dificultades. «No tienen por qué ser problemas de enfrentamientos ni físicos ni psicológicos. Pueden ser -matiza la directora- simplemente de absentismo escolar».
Nuevas generaciones
Las nuevas generaciones «han conocido un cambio de actitud en las maneras externas de comportamiento». Según Ortega, «antes éramos más comedidos. Ahora tenemos que actuar más, estamos con un tipo de alumnado que nos exige el sobreañadido de tener que centrarles en las clases, y dejarles claras las normas de comportamiento, los límites y el respeto». Los estudiantes de bachillerato se caracterizan en estos momentos por una «falta de madurez». «Vienen más niños de lo que venían hace años y ello conlleva, aunque en casos excepcionales, una falta de autorregulación del comportamiento», señala Virto.
Ambos profesores garantizan que en las aulas no hay lugar para un comportamiento intransigente. Su actitud jamás es permisiva ante actuaciones de estas características. «En los últimos años -manifiesta la docente- nos ha tocado pasar del rol de profesores al de educadores, y el ámbito educativo es un campo que se debe tocar desde el propio hogar».
A los padres, Ortega les traslada un consejo: «Mantener los circuitos de relación con los hijos abiertos, y cuando no se dan, intentar subsanarlos». En definitiva, «pasar más tiempo con ellos». Y a los adolescentes, «recurrir siempre a alguien, no sufrir solo y no callar nunca lo que le suceda».
(por Ave Fenix en los forosdelmobbing.info)
AMENAZAS
El fiscal insta a que se tome declaración a los compañeros del joven que se suicidó La autopsia confirma que el menor de Hondarribia tenía hematomas Los agentes analizan los mensajes en el correo electrónico del fallecido
Amenazas ante el Instituto
La Fiscalía de la Audiencia de Gipuzkoa ha instado a la Ertzaintza de Irún a que tome ya declaración a las personas presuntamente implicadas en las agresiones de las que fue objeto el joven de 14 años que la semana pasada se suicidó en Hondarribia. En los próximos días, los ocho alumnos del Instituto de la ciudad -compañeros y amigos de la víctima-, que han sido expulsados del centro cautelarmente, serán citados e interrogados sobre lo ocurrido. Asimismo, comparecerán otros alumnos y, de igual modo, se espera que testifiquen profesores del centro escolar además de los padres del menor fallecido.
El ministerio público ha solicitado al Juzgado de Irún que se inhiba del caso y le remita las diligencias que hasta el momento se han practicado. Y es que la la Ley del Menor, que entró en vigor en enero del 2001, adjudica al fiscal la instrucción de las causas penales con menores implicados. En consecuencia, será el ministerio público el que a partir de ahora dirija la investigación y ordene las actuaciones que estime necesarias para el esclarecimiento de la muerte del joven hondarribiarra.
Varias semanas
La realización de estas diligencias podría prolongarse durante varias semanas y una vez concluyan, el atestado será remitido a la propia Fiscalía. Llegado este momento, el ministerio público podría solicitar nuevas actuaciones, al término de las cuales o bien formalizará las acusaciones o archivará el caso, siempre que concluya que no se ha cometido infracción penal alguna.
La familia del joven fallecido aún no ha interpuesto denuncia alguna. Ayer recibió los resultados de la autopsia que desvela que el cuerpo de Jokin presentaba hematomas anteriores a su muerte. El médico forense admite la complejidad que entraña establecer el momento en el se produjeron las lesiones, si bien estima pueden tener una antigüedad máxima de entre 8 y 10 días.
La representación legal de la familia no ha determinado todavía contra quiénes dirigirá la acusación. Un modificación legal de finales del año pasado le permitirá ejercer la acusación particular contra los menores, una facultad antes reservada de manera exclusiva a la Fiscalía. La familia sopesa si, además de denunciar a los agresores de su hijo, formula algún tipo de imputación contra profesores del Instituto, toda vez que parte de las agresiones se desarrollaron dentro del centro. Tampoco ha concretado el delito a incriminar. Fuentes judiciales consultadas consideran que una acusación por inducción al suicidio difícilmente podría prosperar, toda vez que para que concurra este ilícito es necesario probar que quienes acosaron a la víctima lo hicieron con la intención de que se suicidara. No obstante, las mismas fuentes consideran que tendrían cabida otras acusaciones, como coacciones y lesiones.
Paralelamente a la investigación abierta por la Justicia ordinaria, el servicio de Inspección de la Consejería de Educación del Gobierno Vasco ha visitado ya el Instituto de Hondarribia y el inspector ha mantenido entrevistas con sus responsables. Las conclusiones del informe que emita serán remitidas a la Fiscalía.
Dentro de las averiguaciones iniciadas, la Ertzaintza trata de acceder al ordenador de Jokin C.L., principalmente a su correo electrónico, por si pudiera haber información relacionada con los hechos.
MENSAJE EN INTERNET
Mensaje en internet
El trágico suceso ocurrió en la madrugada del pasado día 21, cuando Jokin salió de su casa y se dirigió a las murallas de Hondarribia, donde se tiró. Unas horas antes, según recogía ayer El País, el joven dejó escrito en su chat de internet: «Libre, oh, libre. Mis ojos seguirán aunque paren mis pies». Al día siguiente, cuando fue encontrado el cuerpo, su mensaje recibió la respuesta de un compañero: «kuant ms tiemp psa peor m sient es cmo un gusno ke cme mi interior x no abert defndid. (Cuanto más tiempo pasa peor me siento. Es como un gusano que come mi interior por no haberte defendido)».
Este sentimiento se reflejó también en uno de los mensajes que siete compañeros plasmaron en el lugar del suceso: «Si alguien hubiera tenido el valor suficiente como para confesar todo lo que sabía quizás no hubiera sucedido nada de esto. Sabemos que tú tampoco querías marchar, pero no había otra solución; lo sabemos, te has marchado. No volveremos a contemplar tu mirada, tu sonrisa», publicó El País.
Lágrimas :
Opiniones virtuales sobre el caso de Jokin por afectados de acoso laboral
por Uzquin:
Hola amigos, sigo de vacaciones, y algo fuera de los foros una temporada. Aun asi me ha conmocionado el caso de ese adolescente de mi provincia que se ha suicidado.
Escuelas.... otros impresionantes centros de acoso.
Tal vez sea tambien la escuela del acoso en muchos casos.
Directores que no entienden la realidad de la situacion de muchos niños. Profesores hartos o poco habiles para detectar causas y consecuencias del acoso en sus alumnos. Padres que nunca pensamos que algo asi no pueda ser superado por nuestros hijos.
Niños que, al igual que nosotros no saben porque les ha tocado a ellos, que no saben explicarnos porque tienen miedo de que no lo entendamos, nosotros siempre preocupados de cosas "mas importantes" , que disimulan lo que les pasa por verguenza, porque no saben explicarlo, porque los hechos no parecen tan terribles al contarlos aunque lo sean por la continuidad, por la sinrazon, por el
ENSAÑAMIENTO
Niños.......nuestros hijos viven esa realidad cada dia, en ellos o en otros compañeros y miran a otro lado porque si no lo hacen tal vez sean los proximos.
Uno de estos niños ya no esta con nosotros, y eso duele aun sin haberlo conocido.
Por Sundance:
Este mensaje está bien aquí donde está, Uzquin.
Repito, Foros del Mobbing se une al dolor de la familia de Jokin y expresa su repulsión por la Sociedad que algunos están creando.
Por Buble
HOLA UZKIN. Yo tambien senti un tremendo escalofrio, siempre he pensado y he dicho que no hay peor acosador que un niño, quizas me equivoque, pero creo que asi es, de pequeña vivi un caso aterrador, sin suicidio, pero aterrador, por el sobrepeso de una amiga, llegaron a maltratarla incluso en el patio del colegio le pegaban, sus amigos fuimos valientes y lo dijimos a los profesores. ¿ crees que sirvio de algo ? PARA NADA, QUEDO CONSIDERADO COMO UNA PELEA MÁS DE CHIQUILLOS, BAH!...NO IMPORTA SON CRIOS...
QUE PENA DE IGNORANTES.....
por Kijote
Esto es la peor de las verguenzas que podemos tolerar...
Sobre todo viniendo de un colectivo como el nuestro de ADULTOS, y sabemos valorar la dimension del acoso, maxime si el acoso se produce contra un ANGEL DEL CIELO.
No podemos estarnos de brazos cruzados ante la alarma social que este caso trae consigo.
Solicito del colectivo antimobbing, particularmente de la Federacion a la que la Asociacion SOS.MOBBING, pertenece, el envio urgente de un comunicado lamentando el incidente, asi como nuestro mas sincero pésame a la familia del niño que fue objeto de acoso, con el resultado fatidico de su muerte.
La responsabilidad del Instituto
Acoso Escolar
No lo sabíamos
Pacto de Silencio
Amenazas
Mila y Pocholo tenían un hijo. Xavi tenía un hermano. Y los demás teníamos un primo, un sobrino, un amigo... Se llamaba Jokin, y hoy iba a cumplir 15 años. Hace cuatro días, de madrugada, cogió su bici, salió de su casa, subió a lo alto de la muralla de Hondarribia (Guipúzcoa) y dio un paso. Un solo paso que separaba la vida y la muerte.
Jokin llevaba más de un año soportando humillaciones y vejaciones constantes en su instituto. Y, desde la semana pasada, palizas. Una paliza el lunes, otra el martes y otra el miércoles. Palizas propinadas por, entre otros, hijos de profesores.
El jueves y el viernes no quiso ir a esperar los golpes que vendrían, y no fue al colegio. Pero sabía que tendría que volver tarde o temprano. Y que, incluso si no volvía, viviendo en un pueblo, sus pequeños pero grandes torturadores le seguirían amargando la existencia. Él no contó nada de esto a nadie.
Probablemente pensaba, como le repetían sus verdugos, que alguien fuerte resuelve sus propios problemas sin implicar a los otros. Finalmente, el martes, en la oscuridad de la noche, imaginando lo que le tocaría soportar al día siguiente, Jokin decidió que la paz eterna era mejor que el infierno cotidiano. Y se marchó.
¿Dónde miraban los profesores mientras Jokin sufría, delante de sus ojos? ¿Qué hace el Estado con nuestros hijos, en sus escuelas, cuando se los confiamos? ¿Qué clase de mundo estamos construyendo que hace de niños de 14 años torturadores sistemáticos y sin escrúpulos?
Descanse en paz el hijo, el hermano... el ser querido.- Mónica C. Belaza. Madrid.
LA RESPONSABILIDAD DEL INSTITUTO
Familiares del joven Jokin aseguran que una profesora participó en actos vejatorios al menor
La familia apunta la "importante" responsabilidad que, en su opinión, puede tener el instituto en el suicidio de Jokin.Una de las profesoras del escolar que se suicidó hace nueve días en Hondarribia (Guipúzcoa) por el acoso al que presuntamente le sometían varios de sus compañeros participó en uno de los actos vejatorios que sufrió el menor, según han asegurado fuentes de la familia.
El Instituto de la Juventud alerta del aumento de la violencia entre los adolescentes
Estas fuentes han recordado que las humillaciones de las que era objeto Jokin C., de 14 años, comenzaron hace un año, después de que el joven se hiciera sus necesidades encima debido a un problema gástrico, y recordaron que el pasado martes 14 de septiembre varios alumnos de su instituto decidieron "celebrar" este aniversario "arrojando en el aula un montón de rollos de papel higiénico".
Las fuentes citadas lamentaron que ante esa situación una de las profesoras decidiera "dar una nueva vuelta de tuerca" a las vejaciones y humillaciones que sufría el adolescente y le obligara a "recoger todos los rollos de papel higiénico que habían lanzado sus compañeros".
Las fuentes familiares calificaron de "gravísimo" este episodio, que han conocido por el testimonio de algunos alumnos del centro, porque a una persona que está sometida a la presión que sufría Jokin "lo único que le faltaba" es que un profesor "reaccione de esa manera".
"Importante responsabilidad del instituto"
La familia ya apuntó ayer a la "importante" responsabilidad que, en su opinión, puede tener el instituto en el suicidio de Jokin, porque muchas de las agresiones y humillaciones "se produjeron dentro del ámbito del centro escolar".
Respecto a los resultados de la autopsia practicada al cadáver del menor, quien fue víctima de varias palizas días antes de su muerte, las fuentes explicaron que se ha confirmado la existencia de distintos edemas en varias zonas del cuerpo del joven, que la necropsia ha datado en ocho o diez días antes del fallecimiento.
Por otra parte, la familia mantiene su intención de presentar una denuncia por lo ocurrido, aunque las fuentes consultadas por Efe explicaron que no lo hará de manera inmediata, porque la investigación ya está en marcha por parte de la Fiscalía del Menor, y porque antes prefiere esperar hasta obtener "el máximo de pruebas e indicios".
Jokin C. se suicidó presuntamente la madrugada del pasado 21 de septiembre tras soportar supuestamente durante un año "humillaciones y vejaciones constantes" en su instituto y desde la semana pasada "palizas" por parte de varios alumnos, entre ellos algunos hijos de profesores, según relataron fuentes próximas a la familia. El instituto en el que estudian los menores ha expulsado cautelarmente durante una semana a ocho adolescentes.
ACOSO ESCOLAR
La Fiscalía de Gipuzkoa investigará la muerte del joven que sufría acoso escolar
La Fiscalía de Gipuzkoa ha solicitado al Juzgado de Instrucción número 2 de Irún que se inhiba en su favor en el caso de la muerte del escolar que se suicidó el pasado día 21 en Hondarribia, presuntamente por el acoso al que le sometían sus compañeros.
Según informaron a Efe fuentes de la Fiscalía, las pesquisas se iniciaron tras el descubrimiento del cuerpo del menor Jokin C., de 14 años, después de que presuntamente se arrojara al vacío desde las murallas de la localidad costera.
El atestado con las primeras averiguaciones de la Ertzaintza sobre la muerte del menor fueron remitidas al Juzgado de Instrucción número 2 de Irún, siguiendo el protocolo habitual en el caso de los suicidios.
Ahora, la Fiscalía ha solicitado a este juzgado que se inhiba en su favor y le remita las actuaciones para concentrar el procedimiento y centralizar las investigaciones con el fin de determinar las circunstancias en las que se produjo el fallecimiento de Jokin.
También el departamento vasco de Educación adelantó hoy su voluntad de remitir a la Fiscalía el informe interno del caso que están elaborando sus propios inspectores.
Sin resultados de la autopsia
Por su parte, el abogado y familiar del adolescente fallecido, Miguel Angel Ceberio, explicó que la familia no dispone aún de los resultados de la autopsia del joven, cuyos primeros resultados apuntan a que el menor tenía lesiones previas a su muerte, por lo que todavía no ha denunciado formalmente los hechos como tiene previsto hacer.
Ceberio aclaró asimismo a Efe que tampoco se ha podido acceder al ordenador personal de Jokin porque la familia desconoce la clave, y está a la espera de que los expertos de la policía consigan entrar en la computadora para conocer el contenido del correo electrónico del menor y si en él "existe algo que sirva para aclarar el asunto".
El letrado precisó que hasta ayer a la noche ninguno de los padres de los presuntos acosadores del menor se había puesto en contacto con los progenitores de Jokin, aunque sí recibieron al día siguiente de la muerte del adolescente un telegrama de condolencia conjunto remitido por las familias de cinco de los ocho supuestos agresores.
Padres "muy afectados"
El abogado señaló que los padres de Jokin se encuentran muy afectados por lo ocurrido pero "tratan de sobreponerse de alguna manera" a lo ocurrido con la esperanza de que las investigaciones iniciadas permitan esclarecer la muerte del adolescente y "delimitar responsabilidades".
Precisó, en este sentido, que la responsabilidad de instituto en el caso "puede ser importante", porque "todas las agresiones anteriores" al fallecimiento "se han producido dentro del ámbito del centro escolar".
Jokin C., de 14 años, se suicidó presuntamente la madrugada del 21 de septiembre tras soportar supuestamente durante un año "humillaciones y vejaciones constantes" en su instituto y desde la semana pasada "palizas", por parte de varios hijos de profesores entre otros jóvenes, según relataron fuentes próximas a la familia.
El instituto en el que estudian los menores ha expulsado cautelarmente durante una semana a ocho adolescentes, según Miguel Angel Ceberio, si bien este centro educativo no quiso ofrecer información sobre este asunto.
Extraído de :
http://servicios.diariovasco.com/pg040929/actualidad/aldia/200409/29/DVA
a sugerencia de:
http://mobbingopinion.bpweb.net/artman/publish/article_1375.shtml
NO LO SABÍAMOS
Tres de los compañeros del joven muerto en Hondarribia han decidido abandonar el Instituto Padres de los alumnos expulsados creen que sus hijos no son los únicos responsables Aseguran que «los chicos no son culpables de la muerte de Jokin»
La práctica del 'bullying' «El pacto de silencio entre compañeros tiene un límite»
Hondarribia permanece dolida aún por la muerte de Jokin, el joven de catorce años, estudiante del Instituto de la localidad, que la semana pasada murió tras saltar al vacío desde la muralla. El adolescente venía siendo víctima desde hace más de un año de una situación de acoso y maltrato por parte no sólo de compañeros del centro donde estudiaba, sino también de otras cuadrillas de la ciudad.
Lo sucedido ha tensionado la convivencia en Hondarribia y especialmente en el ámbito del Instituto. Varios de los alumnos que han sido expulsados temporalmente por su presunta implicación en las agresiones han recibido amenazas. Sus padres, -algunos toman pastillas para dormir- están desolados por el trágico fallecimiento. En modo alguno pretenden equiparar su situación con el drama que viven los padres de Jokin, pero aseguran sentirse destrozados. «¿Cómo no voy a lamentar su muerte? Le conocía desde que era niño, le he visto crecer, ha estado en casa de mi familia. ¿Cómo no voy a sentirlo? Me duele profundamente», afirma el padre de uno de ellos.
Algunos de los estudiantes expedientados apenas salen de sus casas y cuando lo hacen acuden a lugares poco concurridos. Otros han optado por marcharse de la ciudad. Sus padres dicen que los «chavales están deshechos. Lo están pasando muy mal». Tratan de mantenerlos, en la medida de lo posible, distantes de la crispación que se ha generado en torno a sus personas. Temen que este episodio les estigmatice para toda su vida. Tres de ellos habrían ya decidido no continuar en el Instituto hondarribiarra.
Padres de estos chavales aseguran que desde lo ocurrido no se sienten con fuerzas para hablar con los progenitores de Jokin. Tampoco encuentran el momento ni la vía idónea para llegar hasta la familia. Seis de ellos les remitieron un telegrama de condolencia. «En estos momentos no tengo el valor suficiente para presentarme en su casa y expresarles mi pésame. Sé que no quisieron que los chicos ni nosotros acudiésemos al funeral. Sin embargo, estoy deseando hablar con el padre, siento que tengo que ponerme en contacto con ellos, pero no sé cómo hacerlo».
«No lo sabíamos»
Padres de estos chicos afirman que no tenían conocimiento de la grave situación de maltrato en la que el joven fallecido vivía desde el inicio del curso pasado cuando, tras una gastroenteritis que le llevó a hacerse sus necesidades encima, comenzó a ser objeto de mofa por parte de los estudiantes del Instituto. A las risas le siguieron las vejaciones, las humillaciones y hasta las agresiones por parte de un amplio número de alumnos del centro. «En aquellos momentos, su cuadrilla fue su refugio y muchas veces su defensa», sostiene el padre de un alumno expulsado.
La situación para Jokin se agravó después de que él y tres de sus amigos fueran sorprendidos el pasado verano en un campamento cuando fumaban porros. Los monitores enviaron una carta a sus padres y si bien los otros chavales interceptaron las misivas, Jokin no lo hizo. A partir de ahí, la víctima fue acusada de chivato por sus propios amigos y las relaciones entre ellos se tensaron. Al comenzar el curso, el pasado 13, el menor fallecido fue objeto durante tres días consecutivos de diversas agresiones.
Por temor a nuevas palizas, el chico no acudió al colegio. El viernes día 17, la tutora llamó a los padres y les informó de las ausencias. «El sábado por la noche, el padre de Jokin llamó a otro de los padres y le comentó que su hijo estaba siendo agredido. Al día siguiente nos reunimos los afectados y llegamos al compromiso de que nunca más le volverían a poner la mano encima. Me gustaría saber si esto mismo se lo explicaron a Jokin, manifiesta.
«Con Jokin se metían muchas personas, tanto en el Instituto como en la calle y sus amigos solían defenderle», afirma uno de los padres. Sostiene asimismo que los episodios de violencia protagonizados por sus hijos y los amigos de éste se circunscriben a los primeros días del presente curso. «En la primera jornada, por aquello de los porros le dieron algún cachete y el tercer día recibió un tortazo y algunos golpes más, después de la celebración del aniversario del incidente de la diarrea. Este aniversario, sin embargo, fue algo premeditado y allí participaron muchos alumnos, no sólo los ocho que han sido sancionados» explica un padre.
En medio de estos dos episodios, Jokin fue víctima de un bombardeo de balonazos en el gimnasio, un incidente en el que según los padres, no participaron sus amigos ahora expulsados, aunque sí otros compañeros de clase y alumnos de cursos inferiores. «Precisamente, fue uno de su cuadrilla quien puso fin a aquella situación» relata un padre, quien admite que Jokin recibió un trato vejatorio, «pero por parte de muchos. Mi hijo es responsable de lo ocurrido el primer y el tercer día de clase».
Los padres opinan que sus hijos no son culpables de la muerte. «Entendemos que son responsables de lo que han hecho: de haberle pegado y de haberle acosado durante los últimos días. Hemos tratado de hacerles ver que, pese a la pena que les embarga por su muerte y el temor que puedan tener a la reacción del entorno, ellos no le empujaron».
PACTO DE SILENCIO
El pacto de silencio entre compañeros tiene un límite» El profesorado destaca a los alumnos como fuente de información clave para detectar maltratos entre escolares
«Hay que conseguir que los alumnos vean que el pacto de silencio entre compañeros tiene límites, y éstos están en atacar a una persona física o psicológicamente». Rosa Virto, directora y profesora de historia del instituto Pío Baroja de Irún, apuesta por el alumnado como fuente de información clave para evitar situaciones de maltrato entre escolares. A pesar de tratarse de casos «muy puntuales», los centros disponen de «un protocolo marcado para este tipo de acciones». Pero, para poder actuar, «tenemos que estar informados. No podemos llegar al 100% de los casos porque nuestras posibilidades son limitadas», asegura Virto. Por ello, los adolescentes deberían regirse por «un código de conducta que les comprometa a denunciar estos sucesos».
Algunos estudios exponen que las aulas son, en algunas ocasiones, un auténtico infierno para multitud de adolescentes que son objeto de mofa por parte de sus compañeros. Aunque no sea ésta la realidad que viva Koldo Ortega en sus clases, sí que advierte de que a veces «detalles externos», como una mirada de tristeza o cansancio en un alumno, son para el educador toda una señal de alarma. «El profesor tiene que estar con las antenas puestas, alerta. Tenemos la labor de corregir y prevenir posibles problemas», explica el profesor dedicado 25 años a la docencia. Aunque, «es dificilísimo para nosotros detectar eso. Tratamos de que exterioricen lo que les pasa, pero no siempre te lo cuentan».
Cuando se vislumbra un posible caso, el primer paso es el acercamiento del tutor al alumno afectado, para «sacarle los nombres de las personas que le acosan y, junto al departamento de orientación, tratar de incidir en ello».
Si el problema trasciende su ámbito de actuación, «se lleva a la Comisión de Convivencia del centro», donde tanto el jefe de estudios, como el director, padres e hijos, en conjunto, tratan de solucionar esas dificultades. «No tienen por qué ser problemas de enfrentamientos ni físicos ni psicológicos. Pueden ser -matiza la directora- simplemente de absentismo escolar».
Nuevas generaciones
Las nuevas generaciones «han conocido un cambio de actitud en las maneras externas de comportamiento». Según Ortega, «antes éramos más comedidos. Ahora tenemos que actuar más, estamos con un tipo de alumnado que nos exige el sobreañadido de tener que centrarles en las clases, y dejarles claras las normas de comportamiento, los límites y el respeto». Los estudiantes de bachillerato se caracterizan en estos momentos por una «falta de madurez». «Vienen más niños de lo que venían hace años y ello conlleva, aunque en casos excepcionales, una falta de autorregulación del comportamiento», señala Virto.
Ambos profesores garantizan que en las aulas no hay lugar para un comportamiento intransigente. Su actitud jamás es permisiva ante actuaciones de estas características. «En los últimos años -manifiesta la docente- nos ha tocado pasar del rol de profesores al de educadores, y el ámbito educativo es un campo que se debe tocar desde el propio hogar».
A los padres, Ortega les traslada un consejo: «Mantener los circuitos de relación con los hijos abiertos, y cuando no se dan, intentar subsanarlos». En definitiva, «pasar más tiempo con ellos». Y a los adolescentes, «recurrir siempre a alguien, no sufrir solo y no callar nunca lo que le suceda».
(por Ave Fenix en los forosdelmobbing.info)
AMENAZAS
El fiscal insta a que se tome declaración a los compañeros del joven que se suicidó La autopsia confirma que el menor de Hondarribia tenía hematomas Los agentes analizan los mensajes en el correo electrónico del fallecido
Amenazas ante el Instituto
La Fiscalía de la Audiencia de Gipuzkoa ha instado a la Ertzaintza de Irún a que tome ya declaración a las personas presuntamente implicadas en las agresiones de las que fue objeto el joven de 14 años que la semana pasada se suicidó en Hondarribia. En los próximos días, los ocho alumnos del Instituto de la ciudad -compañeros y amigos de la víctima-, que han sido expulsados del centro cautelarmente, serán citados e interrogados sobre lo ocurrido. Asimismo, comparecerán otros alumnos y, de igual modo, se espera que testifiquen profesores del centro escolar además de los padres del menor fallecido.
El ministerio público ha solicitado al Juzgado de Irún que se inhiba del caso y le remita las diligencias que hasta el momento se han practicado. Y es que la la Ley del Menor, que entró en vigor en enero del 2001, adjudica al fiscal la instrucción de las causas penales con menores implicados. En consecuencia, será el ministerio público el que a partir de ahora dirija la investigación y ordene las actuaciones que estime necesarias para el esclarecimiento de la muerte del joven hondarribiarra.
Varias semanas
La realización de estas diligencias podría prolongarse durante varias semanas y una vez concluyan, el atestado será remitido a la propia Fiscalía. Llegado este momento, el ministerio público podría solicitar nuevas actuaciones, al término de las cuales o bien formalizará las acusaciones o archivará el caso, siempre que concluya que no se ha cometido infracción penal alguna.
La familia del joven fallecido aún no ha interpuesto denuncia alguna. Ayer recibió los resultados de la autopsia que desvela que el cuerpo de Jokin presentaba hematomas anteriores a su muerte. El médico forense admite la complejidad que entraña establecer el momento en el se produjeron las lesiones, si bien estima pueden tener una antigüedad máxima de entre 8 y 10 días.
La representación legal de la familia no ha determinado todavía contra quiénes dirigirá la acusación. Un modificación legal de finales del año pasado le permitirá ejercer la acusación particular contra los menores, una facultad antes reservada de manera exclusiva a la Fiscalía. La familia sopesa si, además de denunciar a los agresores de su hijo, formula algún tipo de imputación contra profesores del Instituto, toda vez que parte de las agresiones se desarrollaron dentro del centro. Tampoco ha concretado el delito a incriminar. Fuentes judiciales consultadas consideran que una acusación por inducción al suicidio difícilmente podría prosperar, toda vez que para que concurra este ilícito es necesario probar que quienes acosaron a la víctima lo hicieron con la intención de que se suicidara. No obstante, las mismas fuentes consideran que tendrían cabida otras acusaciones, como coacciones y lesiones.
Paralelamente a la investigación abierta por la Justicia ordinaria, el servicio de Inspección de la Consejería de Educación del Gobierno Vasco ha visitado ya el Instituto de Hondarribia y el inspector ha mantenido entrevistas con sus responsables. Las conclusiones del informe que emita serán remitidas a la Fiscalía.
Dentro de las averiguaciones iniciadas, la Ertzaintza trata de acceder al ordenador de Jokin C.L., principalmente a su correo electrónico, por si pudiera haber información relacionada con los hechos.
MENSAJE EN INTERNET
Mensaje en internet
El trágico suceso ocurrió en la madrugada del pasado día 21, cuando Jokin salió de su casa y se dirigió a las murallas de Hondarribia, donde se tiró. Unas horas antes, según recogía ayer El País, el joven dejó escrito en su chat de internet: «Libre, oh, libre. Mis ojos seguirán aunque paren mis pies». Al día siguiente, cuando fue encontrado el cuerpo, su mensaje recibió la respuesta de un compañero: «kuant ms tiemp psa peor m sient es cmo un gusno ke cme mi interior x no abert defndid. (Cuanto más tiempo pasa peor me siento. Es como un gusano que come mi interior por no haberte defendido)».
Este sentimiento se reflejó también en uno de los mensajes que siete compañeros plasmaron en el lugar del suceso: «Si alguien hubiera tenido el valor suficiente como para confesar todo lo que sabía quizás no hubiera sucedido nada de esto. Sabemos que tú tampoco querías marchar, pero no había otra solución; lo sabemos, te has marchado. No volveremos a contemplar tu mirada, tu sonrisa», publicó El País.
Lágrimas :
Opiniones virtuales sobre el caso de Jokin por afectados de acoso laboral
por Uzquin:
Hola amigos, sigo de vacaciones, y algo fuera de los foros una temporada. Aun asi me ha conmocionado el caso de ese adolescente de mi provincia que se ha suicidado.
Escuelas.... otros impresionantes centros de acoso.
Tal vez sea tambien la escuela del acoso en muchos casos.
Directores que no entienden la realidad de la situacion de muchos niños. Profesores hartos o poco habiles para detectar causas y consecuencias del acoso en sus alumnos. Padres que nunca pensamos que algo asi no pueda ser superado por nuestros hijos.
Niños que, al igual que nosotros no saben porque les ha tocado a ellos, que no saben explicarnos porque tienen miedo de que no lo entendamos, nosotros siempre preocupados de cosas "mas importantes" , que disimulan lo que les pasa por verguenza, porque no saben explicarlo, porque los hechos no parecen tan terribles al contarlos aunque lo sean por la continuidad, por la sinrazon, por el
ENSAÑAMIENTO
Niños.......nuestros hijos viven esa realidad cada dia, en ellos o en otros compañeros y miran a otro lado porque si no lo hacen tal vez sean los proximos.
Uno de estos niños ya no esta con nosotros, y eso duele aun sin haberlo conocido.
Por Sundance:
Este mensaje está bien aquí donde está, Uzquin.
Repito, Foros del Mobbing se une al dolor de la familia de Jokin y expresa su repulsión por la Sociedad que algunos están creando.
Por Buble
HOLA UZKIN. Yo tambien senti un tremendo escalofrio, siempre he pensado y he dicho que no hay peor acosador que un niño, quizas me equivoque, pero creo que asi es, de pequeña vivi un caso aterrador, sin suicidio, pero aterrador, por el sobrepeso de una amiga, llegaron a maltratarla incluso en el patio del colegio le pegaban, sus amigos fuimos valientes y lo dijimos a los profesores. ¿ crees que sirvio de algo ? PARA NADA, QUEDO CONSIDERADO COMO UNA PELEA MÁS DE CHIQUILLOS, BAH!...NO IMPORTA SON CRIOS...
QUE PENA DE IGNORANTES.....
por Kijote
Esto es la peor de las verguenzas que podemos tolerar...
Sobre todo viniendo de un colectivo como el nuestro de ADULTOS, y sabemos valorar la dimension del acoso, maxime si el acoso se produce contra un ANGEL DEL CIELO.
No podemos estarnos de brazos cruzados ante la alarma social que este caso trae consigo.
Solicito del colectivo antimobbing, particularmente de la Federacion a la que la Asociacion SOS.MOBBING, pertenece, el envio urgente de un comunicado lamentando el incidente, asi como nuestro mas sincero pésame a la familia del niño que fue objeto de acoso, con el resultado fatidico de su muerte.
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